He de decir que en las veces en las que la visité el nivel de arenas fue muy variable y en una de esas ocasiones en que la visité estaba convertida en un pedrero .
Lo que sin duda llama más la atención del lugar es la ventana que se abre en una pequeña punta del acantilado
Ventana esta que en los temporales es fuertemente batida por el oleaje y en cambio en verano las aguas simplemente acarician.
Un lugar al que por su fácil acceso siempre fui acompañado de mi hija quien dejo su impronta artística en la arena ,en un momento en que el sol y la luna compartían espacio ...
...pero sabido como es, que el tiempo en el cantábrico es muy cambiante ambos dejaron paso a las nubes al llegar el atardecer.